Esta es la segunda parte dedicada a la gran sombrerera Lilly Dache, y más concretamente a los dos libros que escribió.
En su libro: "Hablando a través de mis sombreros", Lilly relata la relación que mantuvo con muchas de sus clientas, asi como el mundo que la rodeaba, los artistas, Holliwood, mujeres de políticos, el mundo de las finanzas....Cuenta como superó muchos desafíos, como fué consiguiendo sus sueños. Un libro inspirador para emprendedores.
Narra en primera persona como se enamoró de su marido y como consigió alcanzar el equilibrio entre su vida personal y profesional.
Marllene Dietrich, Carole Lonbard, Betty Grable, Marlon Davies, Gertrude Lawrence, Joan Craford, Loretta Young, Audrey Hepburn, Sonja Henie....son algunas de sus clientas habituales. La lista sería interminable.
Fé la que cró el famoso trubante de Carmen Miranda. Para ella diseñó diferentes modelos con frutas, plumas, pájaros.
"Para cada sombrero hay una mujer para llevarlo y detrás de cada mujer una historia".
Se decía que durante la mañana, en la cama cubierta con una manta de piel de leopardo, o en un baño de burbujas, hacía sus mejores negocios, así como las compras a sus proveeedores, diseños o entrevistas a sus subordinados.
Su negocio se disparó en la década de 1930, cuando después de la Gran Depresión las mujeres descubrieron que tal vez no podian comprarse un vestido nuevo, pero sí un sombrero nuevo.
Si bien para la mayoría de las clientas de su casa el tema económico era secundario, no se quiso limitar a este perfil de mujeres y diseñó para las clases populares.
Durante y después de la guerra, en la que había restricción de algunos materiales, ella utilizó cintas y encajes para los adornos, ya que estos no estaban racionados.
Otra prueba de su ingenio fué diseñar una redecilla para las mujeres trabajadoras en las fábricas. Se hicieron muy populares y miles de mujeres usaron estas redecillas.
Según su filosofía, cada sombrero debía ser para una mujer, de modo que la embelleciera, disimulase sus defectos, sacase lo mejor de su interior y mostrase su personalidad..
Obviamente estos ideales hubo de transgredirlos y adaptalos si quería llegar a la masa....y así lo hizo.
En 1956 escribió su segundo libro: "Glamour" en el que da pautas, apuntes y consejos para conseguirlo.
Para que los demás te vean con ese punto tan dificil de conseguir...el glamour.
Una de sus afirmaciones es: "Con encanto una mujer puede conseguir cualquier cosa que se proponga en la vida".
Después de haber vivido entre la élite, viajado y observado mucho, se cree en poder de los secretos que desea transmitir para ayudar a conseguirlo.
En su libro habla de dietas, belleza, perfumes, nuevos inventos, de todo lo que la rodea, y lo hace con entusiasmo. Animando a sus lectores a que disfruten, y con gran capaciadad para transmitir ese entusiasmo.
En su casa de Manhattan, de nueve pisos, dedicó dos a su hogar, uno a los sombreros y otro a boutique general. Los cinco restantes a materializar sus ideas del lujo y el glamour para disfrute de sus clientas.
Las sedas, los estampados de leopardo, los detalles; transportaban a sus visitantes a un mundo de exclusividad que solo allí conseguian.
Era famosa su sala dorada para recibir a las clientas rubias, su sala plateada para recibir a las morenas. Asíc como su salón de espejos circular con paredes acolchadas en seda rosa.
Creía que el glamour empezaba con la higiene y seguía con el perfume. Era obsesiva con la limpieza, y decía respecto al perfume..."Cuando una mujer entra en una estancia, no solo hay que verla, hay que percibirla ". Y el perfume era esencial para esto. "Cuando entro en una habitación quiero que la gente sienta mi presencia por mi fragancia, la vista y el oido" .
El mismo perfume huele diferente en cada mujer, y por eso, la mejor manera de saber si es para ella es ponérselo, ( y no solo detrás de las orejas), y ver la reacción del hombre que le interesa. Si no hace ningún comentario, o dice que la habitación está congestiondada, no es para usted.
Cuenta la anécdota de que habiendo recibido unas sales de baño con olor a pino, se bañó con ellas, después al acercarse qa su marido, este le preguntó que que era aquel olor tan raro...ella le contó que era olor a pino, y el le dijo que quería que oliese como una flor, no como un árbol. Seguidamente tiró el resto por el desagüe.
Otra de las cosas en las que hace hincapie es que cada persona debe tener su marca, algo que la distinga. Puede ser un color del que siempre lleve algo en su vestuario, incluir siempre una pieza vintage, algún accesorio de un determinado estilo, etc.
Lilly dice que la compra de un sombrero es emocional.
Cuando una mujer está en la cima de su juventud y belleza, compra un sombrero para resaltar eso, y cuando envejece, lo compra para dar marcha atrás en el tiempo.
Hay una primera parte de Lilly Dache que pueden ver aquí, y una tercera para dentro de poco.
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