viernes, 28 de febrero de 2014

Lilly Dache. Cosas sueltas.III

1898- Nacida en Francia en el seno de una familia numerosa.
1912-Trabaja en la sombrerería de una tía suya.
1913-Trabaja en Paría como sombrerera para Reboux, J. Suzanne Talbot, Agnès, y Georgette.
1924-Va a América sin hablar inglés. Se traslada a Nueva Jersey con un primo.
1938-Un turbante con velo fué sellado en una cápsula del tiempo en la Feria Mundial de Nueva York, que se abrirá en 6938.
1940-Le concedieron el premio Neiman Marcus.1941 le dieron el premio a la Diseñadora
Americana por una gorra con ala para las trabajadoras de las fábricas durante la Segunda Guerra Mundial.
1946-Le concedieron el premio Critic Coty de moda. Escribió su primer libro: Hablando a través de mis sombreros".
1956-Escribió su segundo libro: Glamour.
1968 cerró su negocio. 

Una de las carácterísticas de Lilly Dache eran los turbantes drapeados que ella construía directamente sobre las cabezas de las clientas.
Como curiosidad les diré que hay una flor con el nombre de esta famosa sombrerera.
O mejor dos...
Tenía casas en Delray Beach, Florida y Meudon, francia, entre las que repartía su tiempo.
Lilly Dache amplió su negocio de sombreros a la moda, pieles, cosméticos, medias, pelucas, joyas e incluso ropa para hombre.
En un determinado momento era la presidenta de tres empresas de cosméticos, Lilly Dache, Marie Earle y Lucien Lelong. Todas ellas compradas por Pfizer posteriormente.
Tiene una placa en la Septima Avenida, en el Paseo de la Fama, era la única sombrerera con ese honor.
Halston, otro afamado sombrerero, que realizó muchos de los pill box de Jakie Kennedy, comenzó a trabajar con ella. Se la considera una descubridora de talentos que dió oportunidad a futuros creadores que después de trabajar en su casa, se independizaron.
Sus modelos aparecieron en las páginas de Vogue y Harpers Bazar.
Tener un sombrero Dache se convirtió en una marca de estatus, como tener un buen diamante o un abrigo de visón.
No se si lo inventó, pero si no lo hizo, , popularizó el sujetador sin tirantes.
Comercializó dos fragancias, La Lilly Dache Dashing y la Lilly Dache Drifting
Decía que cuando conseguía ser mas feliz, era trasteando y escarbando en su jardín de una casa que poseía en Palm Beach.
Sus diseños se vendian en todo el mundo, por lo que hizo grandes giras promocionales, con infinitas maletas y un marketing bien estudiado, que muchas veces giraba en torno a su persona.
No solamente admiraban y querian sus sombreros. Ella misma se convirtió en alguien admirable para sus clientas. Alguien a quien se querian parecer, por su estilo, arranque, genialidad y muy segura de si misma.
Personificaba el tipo de mujer a la que aspiraban sus clientes. Inteligente y decidia. 
En su momento de mayor explendor tenía tiendas en Miami Beach y Chicago. Con 150 personas trabajando para ella en su magnífico edificio de 9 plantas.
Le gustaban las joyas ostentosas, tenía un punto extravagante y kichts.
Caminaba con algo en los pies que sonaba o tintineaba, de forma que se la oía venir de lejos. Así sus ayudantes y subordinados sabían cuando se acercaba a una habitación.
Los últimos sombreros de su tienda, cuando anunció que se retiraba, fueron comprados por la actriz Loretta Young, ganadora de un osacr, y una de las actrices más bellas y prolíficas de aquellos años.





lunes, 17 de febrero de 2014

Sombreros en el carnaval

Una buena parte de las personas que se disfrazan en carnaval llevan algún tipo de artilugio en la cabeza que complementa el disfraz, pero no me atrevería a llamar sombreros a muchos de ellos.
Sin embargo hay tocados, sombreros, realizados en algunos casos por grandes creadores, que me los imagino perfectamente como complemento de vestidos ideales para carnaval, y no lo digo como chanza o menosprecio a estos modelos.
Los que les pongo en esta entrada han estado en pasarelas de alta costura, pero imagino que con otro vestido diferente al que llevaban...podrían haber sido una Mª Antonieta magnífica, una mujer de otra galaxia, etc.
Los modelos que ven arriba y abajo han sido creados inspirándose en la reina francesa, famosa por sus peinados y tocados.
Ponganle una chispa de ingenio, y a veces , en torno a un sombrero puede surgir un disfraz estupendo.
No solo de época, histórico, tambíén botánico, animalístico, futurista...etc.
Hay modelos que me parecen preciosos, otros vistosos, pero dudo que en condiciones normales se lleven por la calle, de ahí mi interés en rescatarlos para carnaval.
Vayan tomando nota, cojan apuntes y agreguen a su modelo para carnaval un bonito sombrero.
¿Les inspira alguno de los vistos hasta ahora ?
Hay tiempo, no mucho, pero hay tiempo.
Les animo a que si tenían dudas, las dejen de lado y busquen algo para carnaval.
En mi caso, el trabajo limita enormemente mis posibilidades de disfrazarme, pero lo he hecho muchos años en el pasado, desde niña.
Dejen volar su imaginación....
Transformense en cisnes.








sábado, 1 de febrero de 2014

Lilly Dache, sombrerera II. Sus libros


Esta es la segunda parte dedicada a la gran sombrerera Lilly Dache, y más concretamente a los dos libros que escribió. 
En su libro: "Hablando a través de mis sombreros", Lilly relata la relación que mantuvo con muchas de sus clientas, asi como el mundo que la rodeaba, los artistas, Holliwood, mujeres de políticos, el mundo de las finanzas....
Cuenta como superó muchos desafíos, como fué consiguiendo sus sueños. Un libro inspirador para emprendedores.
Narra en primera persona como se enamoró de su marido y como consigió alcanzar el equilibrio entre su vida personal y profesional.
Marllene Dietrich, Carole Lonbard, Betty Grable, Marlon Davies, Gertrude Lawrence, Joan Craford, Loretta Young, Audrey Hepburn, Sonja Henie....son algunas de sus clientas habituales. La lista sería interminable.

Fé la que cró el famoso trubante de Carmen Miranda. Para ella diseñó diferentes modelos con frutas, plumas, pájaros.
"Para cada sombrero hay una mujer para llevarlo y detrás de cada mujer una historia".
Se decía que durante la mañana, en la cama cubierta con una manta de piel de leopardo, o en un baño de burbujas, hacía sus mejores negocios, así como las compras a sus proveeedores, diseños o entrevistas a sus subordinados.
Su negocio se disparó en la década de 1930, cuando después de la Gran Depresión las mujeres descubrieron que tal vez no podian comprarse un vestido nuevo, pero sí un sombrero nuevo.
Si bien para la mayoría de las clientas de su casa el tema económico era secundario, no se quiso limitar a este perfil de mujeres y diseñó para las clases populares.
Durante y después de la guerra, en la que había restricción de algunos materiales, ella utilizó cintas y encajes para los adornos, ya que estos no estaban racionados.
Otra prueba de su ingenio fué diseñar una redecilla para las mujeres trabajadoras en las fábricas. Se hicieron muy populares y miles de mujeres usaron estas redecillas.
Según su filosofía, cada sombrero debía ser para una mujer, de modo que la embelleciera, disimulase sus defectos, sacase lo mejor de su interior y mostrase su personalidad..
Obviamente estos ideales hubo de transgredirlos y adaptalos si quería llegar a la masa....y así lo hizo.
En 1956 escribió su segundo libro: "Glamour" en el que da pautas, apuntes y consejos para conseguirlo.
Para que los demás te vean con ese punto tan dificil de conseguir...el glamour.
Una de sus afirmaciones es: "Con encanto una mujer puede conseguir cualquier cosa que se proponga en la vida".
Después de haber vivido entre la élite, viajado y observado mucho, se cree en poder de los secretos que desea transmitir para ayudar a conseguirlo.
En su libro habla de dietas, belleza, perfumes, nuevos inventos, de todo lo que la rodea, y lo hace con entusiasmo. Animando a sus lectores a que disfruten, y con gran capaciadad para transmitir ese entusiasmo.
En su casa de Manhattan, de nueve pisos, dedicó dos a su hogar, uno a los sombreros y otro a boutique general. Los cinco restantes a materializar sus ideas del lujo y el glamour para disfrute de sus clientas.
Las sedas, los estampados de leopardo, los detalles; transportaban a sus visitantes a un mundo de exclusividad que solo allí conseguian.
Era famosa su sala dorada para recibir a las clientas rubias, su sala plateada para recibir a las morenas. Asíc como su salón de espejos circular con paredes acolchadas en seda rosa.
Creía que el glamour empezaba con la higiene y seguía con el perfume. Era obsesiva con la limpieza, y decía respecto al perfume..."Cuando una mujer entra en una estancia, no solo hay que verla, hay que percibirla ". Y el perfume era esencial para esto. "Cuando entro en una habitación quiero que la gente sienta mi presencia por mi fragancia, la vista y el oido" . 
El mismo perfume huele diferente en cada mujer, y por eso, la mejor manera de saber si es para ella es ponérselo, ( y no solo detrás de las orejas), y ver la reacción del hombre que le interesa. Si no hace ningún comentario, o dice que la habitación está congestiondada, no es para usted.
Cuenta la anécdota de que habiendo recibido unas sales de baño con olor a pino, se bañó con ellas, después al acercarse qa su marido, este le preguntó que que era aquel olor tan raro...ella le contó que era olor a pino, y el le dijo que quería que oliese como una flor, no como un árbol. Seguidamente tiró el resto por el desagüe.
Otra de las cosas en las que hace hincapie es que cada persona debe tener su marca, algo que la distinga. Puede ser un color del que siempre lleve algo en su vestuario, incluir siempre una pieza vintage, algún accesorio de un determinado estilo, etc.
Lilly dice que la compra de un sombrero es emocional.
Cuando una mujer está en la cima de su juventud y belleza, compra un sombrero para resaltar eso, y cuando envejece, lo compra para dar marcha atrás en el tiempo.
Hay una primera parte de Lilly Dache que pueden ver aquí, y una tercera para dentro de poco.