martes, 5 de diciembre de 2017

Década de 1960. Cuando la tela sustituyó al paño.

Es en la década de 1960 cuando comienza la muerte de los sombreros como complemento habitual de la indumentaria femenina.
Y es precisamente en esa década cuando se empiezan a usar materiales más baratos que, teóricamente, harían más accesibles los sombreros a todas las clases sociales.
 Pero es que no fué el precio lo que los eliminó casi totalmente de las calles, sino el cambio en el estilo de vida.
La producción en fábricas, de forma mayoritaria, sustituyó poco a poco a los artesanos. 
Los materiales como las telas, se subieron a las cabezas de las mujeres, y muchos pill box se hacían con coloridas y brillantes telas. 
Muchas mujeres los confeccionaban ellas mismas, ya que era muy sencillo.
Pero no solo fueron los pill box los que se dejaron de hacer en paño, otros modelos también sucumbieron.

No quiero decir con esto que el paño desapareciera, que los artesanos sombrereros desaparecieran. 
Pero sí que nacieron otras formas de hacer, otros materiales con los que trabajar, que fueron, no tan poco a poco, sustituyendo a los clásicos.
Se conservan miles de sombreritos de este tipo, por dos motivos, porque todavía está relativamente cercana esa década, y porque la polilla, enemiga acérrima de los paños, aquí no hinca el diente, ya que la mayoría son de fibras sintéticas.
Si tienen algún sombrero de este tipo, y creen que tienen un tesoro, no es así. Salvo que sea tesoro emocionalmente. 
La realidad es que estos modelos son muy baratos en las tiendas vintage, en internet, etc. Y salvo raras excepciones, muy asequibles.
Solo si llevan etiqueta, y una marca de sombrerero cotizada, o de un atelier de cierto renombre, el resto son muy económicos.
Algunos tienen su encanto, aunque bastante alejados del gusto actual





lunes, 20 de noviembre de 2017

Museo automovilístico y de la moda

El título de la entrada puede llevar a error, pues de lo que va esta entrada es de sombreros. Aunque no aparezcan en el nombre oficial del museo, si que lo hacen en la exposición.
Pero lo fundamental en el museo son los coches, secundariamente la moda a lo largo del siglo XX, y en tercer lugar los sombreros.
Los aficionados a este bello complemento, ya estamos acostumbrados a que no se le de mucha importancia , pero creo que merece la pena visitarlo, aunque solo sea por los sombreros, y eso que el resto de las colecciones son magníficas.
Lo primero pedirles perdón por la calidad de las fotos, pero una buena parte de los sombreros están en vitrinas, y reflejan mucho, además de que la iluminación, como en todos los museos dedicados a indumentaria, es muy escasa.
La historia del museo, su fundador y los porqués de esta colección tiene su interés.
Entre lo que me contaron las guías y lo que he podido recoger en internet, les apuntaré algunas cosas.
El dueño de las colecciones es el portugués Joao Manuel Magalhaes. 
Este hombre se dedicaba a la industria textil, que vendió y las ganancias las invirtió en comprar elementos para su museo.Su padre comenzó con la colección de coches, (hay unos noventa desde finales del s. XIX a nuestros días), y su Joao Manuel la continuó,  la amplió.
Dice comprar los coches en muy mal estado y con tres de sus empleados los restaura con mimo en Portugal.
Al hijo le gusta más la moda, y es el que inició la recopilación de modelos de grandes creadores, a los que ha unido sombreros y sombrereras.
El museo se encuentra en España, y no en Portugal, porque según cuenta su dueño, en Portugal solo le ponían problemas, por lo que envió un dosier a un ministerio español que lo reenvió a varias ciudades.
La primera que contestó a la oferta fue Málaga, y el alcalde y algunos miembros del ayuntamiento se trasladaron a Portugal para hablar con el. Llegaron a un acuerdo, y aunque después tuvo otras ofertas, el museo se lo llevó Málaga.
El museo es de gestión privada.
Los siete mil metros cuadrados del museo están divididos en 10 espacios diferentes, otros dicen que trece, he de reconocer que no los conté.
Este edificio forma parte de los pabellones de la antigua Fábrica de Tabacos, construidos entre los años 1923 y 1927, y que al cesar su actividad inicial, pasaron a formar parte del patrimonio inmobiliario de Málaga.
La colección va mayoritariamente desde los años 20 a nuestros días. Tiene un buen número de clochés. Algunos de ellos están sobre vestidos de la misma época, y otros en la sala dedicada a los sombreros.
Hay de todas las décadas del s. XX. La pena es que, para mi gusto, están demasiado juntos, con varios pisos por vitrina.
A veces uno no sabe donde parar la vista y se pierde en el marasmo de modelos, de forma que muchos detalles pasan desapercibidos.
De mis favoritos en la colección son los realizados con plumas, muy de los años 50 y 60.
Algunos me recordaban a los de mi propia colección, y como son muy vistosos, yo los separaría más para poder observarlos mejor.
Plumas rojas, azules, verdes, de todos los colores, solas o con otros adornos. Con o sin ala. Preciosidades.
Abajo un conjunto de sombreros de flores, que entre que están en vitrina, y buscar el ángulo para la fotografía en que no salgan brillos, o no se mezclen con otros, o que resalte el detalle más característico...hacen muy complicado fotografiarlos.
Aún así espero que capten un poco de los distintos modelos, y les entren ganas de verlos en persona. De visitar el museo.
Los sombreros sesenteros de flores y rafia estaban muy bien representados.
Tienen algunos modelos muy curiosos, bien por ser de pasarela, como complemento a los desfiles de alta costura, y que después no se vieron en la calle, bien por su gran tamaño, que se sale de todo lo "normal".
Las sombrereras de todas las décadas, tienen también cabida en esta parte del museo.
Tienen un libro resumen de la moda que se ofrece en el museo, y aunque no tiene muchas cosas de sombreros, es interesante y a buen precio, 10 euros.
Espero que se hayan podido hacer una idea del contenido, en cuanto a sombreros, del museo, y que esto les anime a visitarlo.