Más o menos en la mitad de la época en que se llevaron los clochés, (desde 1916, cuando se iniciaron tímidamente, hasta 1933 cuando desaparecieron), en 1926, es el año en que los clochés perdieron el ala completamente.
Si quieren tener una visión más general de estos sombreros, no dejen de ver una entrada que escribí hace años sobre estos sombreritos, que revolucionaron la moda en sombrerería.
En esta entrada me centraré en un tipo de clochés, aquellos que llevaron la reducción del ala a su máxima expresión, la desaparición.
La definición de sombrero en muchos de los diccionarios es : "Prenda de vestir que cubre la cabeza, compuesta por una copa y un ala que la rodea".
En muchos han añadido el "generalmente", en la definición, para que así cojan estos clochés, y los pill box, entre otros.
En el apogeo de estos sombreritos, se quedan reducidos a una especie de gorro, parecidos a la imagen que hoy tenemos de un gorro de baño.
Si durante esta época los sombrereros, y la moda en general ha tenido muchas influencias y lazos con creadores de otras ramas, como arquitectos, diseñadores, ceramistas, etc, y el art decó dejó su impronta en la forma de vestir, los sombreros no son ajenos a esta tendencia.
Pero no es la única influencia que asume, integra y moldea la industria del sombrero. También el gusto por la cultura africana puso sus pinceladas.
Los peinados que llevaban las mujeres permitieron también esta evolución. Otro péndulo. De loas grandes cabezas de principios de siglo, con aquellos peinados ampulosos, con cardados, postizos, ratas, que aumentaban el diámetro de estas cabezas, de melenas muy largas que trabajaban para conseguir esas imágenes de principios de siglo, a una mujer con el pelo corto, que para conseguir que disminuyese su volumen, se llevaban con gomina.
Una concesión a la feminidad en una época en que la moda a "lo garçon" era la imperante.
Si bien es cierto que en estos años la industria en general, y de la moda en particular, tiene un gran crecimiento, esto se refleja en la aparición de sombreros fabricados sistemáticamente, en serie, lo que no hizo que desapareciera la producción artesanal.
Creando cada modelo para una clienta que elegía los materiales, el modelo, color, los adornos, con unas medidas específicas para ella, que se lo probaba, mimando el proceso de creación, y que al igual que los vestidos, se adaptaba a ella "como un guante".
Si quieren tener una visión más general de estos sombreros, no dejen de ver una entrada que escribí hace años sobre estos sombreritos, que revolucionaron la moda en sombrerería.
En esta entrada me centraré en un tipo de clochés, aquellos que llevaron la reducción del ala a su máxima expresión, la desaparición.
La definición de sombrero en muchos de los diccionarios es : "Prenda de vestir que cubre la cabeza, compuesta por una copa y un ala que la rodea".
En muchos han añadido el "generalmente", en la definición, para que así cojan estos clochés, y los pill box, entre otros.
En el apogeo de estos sombreritos, se quedan reducidos a una especie de gorro, parecidos a la imagen que hoy tenemos de un gorro de baño.
Si durante esta época los sombrereros, y la moda en general ha tenido muchas influencias y lazos con creadores de otras ramas, como arquitectos, diseñadores, ceramistas, etc, y el art decó dejó su impronta en la forma de vestir, los sombreros no son ajenos a esta tendencia.
Los sombreros industriales permitieron un abaratamiento de estos complementos, y que se los pudieran permitir clases sociales que de otra forma no tendría acceso a ellos.
Y como siempre, las manualidades, el saber y la pericia de cada uno, en este caso se lo pusieron mas sencillo a las amas de casa, que a ganchillo pudieron copiar los clochés
Es el otro extremo del péndulo en el que muchas veces se ha movido la moda. Veníamos de los sombreros de principios de siglo con unas alas inmensas. Con adornos exuberantes, flores, plumas, lazos, puntillas, de todo, para pasar a estos humildes sombreros, pero no se dejen engañar. Muy estudiados en su estructura, minimalistas, que diríamos hoy, pero sumamente bellos en esa simplicidad.Los peinados que llevaban las mujeres permitieron también esta evolución. Otro péndulo. De loas grandes cabezas de principios de siglo, con aquellos peinados ampulosos, con cardados, postizos, ratas, que aumentaban el diámetro de estas cabezas, de melenas muy largas que trabajaban para conseguir esas imágenes de principios de siglo, a una mujer con el pelo corto, que para conseguir que disminuyese su volumen, se llevaban con gomina.
Esto permitía que los clochés se encajaran en la cabeza como una segunda piel.
En muchas ocasiones lo único que asomaba fuera del sombrero eran unos pequeños caracolillos o bucles, que en algunos casos, engominaban para que permaneciesen fijados en su sitio y no se movieran.Una concesión a la feminidad en una época en que la moda a "lo garçon" era la imperante.
Si bien es cierto que en estos años la industria en general, y de la moda en particular, tiene un gran crecimiento, esto se refleja en la aparición de sombreros fabricados sistemáticamente, en serie, lo que no hizo que desapareciera la producción artesanal.
Creando cada modelo para una clienta que elegía los materiales, el modelo, color, los adornos, con unas medidas específicas para ella, que se lo probaba, mimando el proceso de creación, y que al igual que los vestidos, se adaptaba a ella "como un guante".
En algunos casos llevaban un velo,
En esta entrada me he decidido por fotografías de la época, de bustos, en los que a pesar de lo poco que nos descubren de sus protagonistas otras cosas de la moda imperante, como por ejemplo, los labios pintados en rojo, con forma de corazón.
Otra de las cosas que descubrimos son los abrigos con grandes cuellos de pelo largo.
Las pestañas con abundante rimel, cejas muy perfiladas y mujeres fumando, con o sin largas boquillas.
Como han podido ver los seguidores del blog, son unas cuantas las entradas que llevo dedicando a los clochés, y es que estos sombreritos tienen algo que enganchan, al menos a mi.
Espero que hayan disfrutado de estos sombreros, de las imágenes, y que si no son seguidores del blog, se apunten para próximas entradas.
Hasta pronto. Se agradecen los me gusta a la entrada, al blog, y los comentarios.
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